Desde que a partir del siglo X el Camino de Santiago se convirtiera en un camino de peregrinación, sirvió como ruta de comunicación entre los Pirineos y el oeste de España. Recorría todo la actual Castilla y León describiendo una nueva ruta que unía las ciudades y pueblos más importantes de la época, desde Ponferrada hasta Burgos. Consecuencia lógica fue la construcción de infraestructuras religiosas y de alojamiento para peregrinos y también la mejora de los caminos. Y, como no podía ser menos, la renovación o construcción ex novo de puentes que salvaban los principales cauces que el Camino de Santiago atravesaba por la actual Castilla y León. Vamos a hacer un recorrido, de este a oeste, por los puentes románicos (o con restos románicos) castellanos y leoneses que sirven de apoyo al Camino de Santiago.
Comenzando por la provincia de Burgos, el primer puente de importancia es el Puente del Canto sobre el río Tirón en Belorado. Según la tradición mandado reconstruir por Alfonso VI a Santo Domingo de la Calzada que fue ayudado por el santo constructor por excelencia, San Juan de Ortega. Sus fundamentos pueden ser de época romana aunque en la actualidad apenas son visibles. Tenía once arcos desiguales y fue derribado en su parte central para realizar el paso a la carretera. Se sabe que tenía un cadalso o fortín de madera a la entrada del mismo, lo cual indica su valor estratégico. Conserva en las partes externas varios arcos de sólida construcción y estilo románico uniforme hechos de piedra silícea fuerte. Aunque de dimensiones mucho más reducidas, antes de llegar a la capital burgalesa, pasaremos por el puente románico sobre el río Vena en Agés, cuya construcción se atribuye a San Juan de Ortega.
Ya en Burgos, su puente más emblemático es el Puente de Malatos sobre el río Arlanzón. Se trata de un puente del siglo XII, rehecho cinco siglos después. Recibió este nombre porque se encontraba próximo a un hospital de leprosos, San Lázaro de los Malatos (enfermos), y por él llegaban los peregrinos al Hospital del Rey, fundado por Alfonso VIII para acoger a los caminantes de la ruta jacobea. Se trata de un puente de origen medieval, construido totalmente en piedra, con seis arcos iguales de medio punto. Su estado de conservación actual es muy bueno y la parte superior ha sido remodelada recientemente.
Siguiendo por tierras burgalesas, nos encontramos con el el sencillo puente románico, llamado puente romano, sobre el río Úrbel en Rabé de las Calzadas; a continuación pasaremos por el puente sobre el río Hormazuela, en Hornillos del Camino, de dos ojos. Más imponente, aunque actualmente en desuso porque el cauce fue desviado, es el Puente de la Vega o de Bárcena sobre el río Odra en Castrojeriz. Este puente románico, disponía de doce ojos en previsión de las fuertes y frecuentes crecidas del río Odra.
Llegamos a uno de los puentes más famosos y el más largo del recorrido por Castilla y León: el Puente Fitero sobre el río Pisuerga entre Itero del Castillo, en Burgos, e Itero de la Vega, ya en Palencia. También llamado Puente Itero o Ponteroso. Ordenado construir por Alfonso VI, es una construcción del siglo XI, remodelado en el siglo XVII respetando su estilo románico original. Tiene once amplios ojos. Pocos ejemplos más encontraremos de puentes románicos o medievales en la provincia de Palencia durante el recorrido del Camino de Santiago.
Será ya en la provincia de León cuando de nuevo nos encontramos con otros ejemplos de puentes medievales. El primero es el puente de dos ojos que cruza el río Valderaduey cerca de la ermita de la Virgen del Puente, en Sahagún. Siguiendo el recorrido hacia León el siguiente es el puente sobre el río Esla en Mansilla de las Mulas. Se trata de una obra medieval que data del siglo XII y que fue rehecha en 1573. Presenta varias fábricas correspondientes a ocho siglos de construcciones y reparaciones. Más al oeste se encuentra el puente de Puente Villarente sobre el río Porma. En la actualidad muy reformado, su tramo central es de claro origen medieval. Según Aymeric Picaud, autor del Codex Calistinus en el año 1.123 este puente tenía 20 arcos.
Llegamos ya a la ciudad de León. Pero ninguno de los puentes que actualmente cruzan el río Torío y el río Bernesga son medievales sino reformados o reconstruidos posteriormente. Desde León, eso sí, tendremos ahora una importante muestra de puentes medievales. El primero, y quizás uno de los más famosos, es el puente del Paso Honroso sobre el río Órbigo en Hospital del Órbigo. Construído en el siglo XIII, tiene 20 arcos de diferentes tipos, y ha sido reconstruido en varias ocasiones. Cuentan que en 1434 Don Suero de Quiñones solicitó del Rey Juan II permiso para celebrar un torneo. Enamorado de doña Leonor de Tovar, para ganar la admiración de la dama desafió a todos los caballeros que osaran venir a luchar al Puente del Órbigo, prometiendo tronchar hasta 300 lanzas. En el mes de julio se celebró el torneo que duró 30 días y se rompieron 166 lanzas.
Ya dentro de la comarca de El Bierzo, el camino sigue y pasaremos por el Puente de los Peregrinos sobre el río Meruelo en Molinaseca, parte del cual es de estilo románico. Y el Puente Mascarón sobre el río Boeza, puente medieval de dos arcos, nos recibe al entrar en Ponferrada.
Tres puentes medievales más encontramos antes de abandonar tierras de Castilla y León. El Puente Antiguo sobre el río Burbia en Villafranca del Bierzo, que solo conserva dos ojos ojivales de época medieval; el Puente Romano de Ruitelán, reparado en el siglo XVIII y ampliado en el XX, una sola bóveda de medio cañón realizado en mampostería de pizarra, con restos del pretil original, conservando una albardilla, constituida por un magnífico sillar de cerca de tres metros de longitud; y el llamado Puente Romano de Las Herrerías de Valcarce, de un solo ojo, hecho en pizarra, del siglo XV.
2 comentarios
Echo de menos un puente muy importante.Se trata del Puente Mayor de Carrión de los Condes,antiquisimo,aunque haya sufrido varias reformas en diferentes épocas
Tienes razón en su importancia pero nos queda nada del puente medieval. El Puente Mayor de Carrión fue derribado en la segunda mitad del siglo XVI y en el artículo hablamos solo de los puentes medievales (o con restos medievales) que quedan hoy en día.